Psicología General Sanitaria Infantil y Juvenil.

¿Cómo desarrollar en casa la educación emocional de los niños?

¡No hay una fórmula mágica para ser buenos padres! Lo que puede marcar la diferencia para darles una crianza positiva a nuestros hijos e hijas, es aprender a desarrollar en casa la Educación Emocional de los niños. Es decir, hacer que se sientan comprendidos y acogidos en sus episodios de rabia, tristeza, sorpresa, etc. Lograrlo implica por supuesto de convertirnos en entrenadores emocionales.

Y es que cuando nos enfrentamos a una explosión emocional de nuestro hijo o hija. Ya sea ira, miedo, tristeza, disgusto, sorpresa y felicidad, normalmente no sabemos cómo manejarlo. No ayudarlos a gestionar estas emociones primarias incluso podría abrir paso a las emociones secundarias que son ansiedad, miedo, terror, angustia y desolación.

Saber cómo desarrollar en casa la Educación Emocional de los niños es importante, no solo para garantizar el bienestar de nuestros peques, sino también para la familia en general, incluyendo los padres porque nos hará sentimos más satisfechos y felices. La pregunta es ¿Cómo nos convertimos en verdaderos entrenadores emocionales? En este artículo pondremos en relieve algunas estrategias prácticas para que nuestros hijos e hijas aprendan a manejar sus emociones.

Claves para desarrollar en casa la Educación Emocional de los niños

No es imposible convertirnos en el entrenador emocional de nuestros hijos, orientándolos y ayudándolos a desarrollar una correcta inteligencia emocional. Puede que suene como un desafío, pero podemos lograrlo sin dejar de ser padre o madre. A continuación os enseñamos algunas técnicas que serán de muchísima utilidad.

Práctica la empatía

Los padres, además de nuestra responsabilidad de ocuparnos de las funciones de protección y cuidado, también debemos trabajar en el crecimiento pacífico de nuestros hijos e hijas. Una forma de lograrlo es identificarnos con ellos y practicar la empatía, es decir, ponernos en sus zapatos para comprender mejor cómo se sienten.

Para desarrollar en casa la Educación Emocional de los niños resulta necesario comprender que ellos deben ser “sentidos y comprendidos” a un nivel profundo en la mente de sus padres. Y es que nuestros hijos crecerán más seguros y protegidos a la medida que seamos capaces de interiorizar lo que sienten y piensan, ya que al comprender sus estados mentales, obtendremos respuestas sobre aquellas necesidades que son incapaces de expresar.

No responder a sus rabietas, con más rabietas

Las bases para un manejo saludable de la ira se construyen en la infancia y derivan de la competencia con la que los adultos respondemos a las necesidades del niño desde una edad temprana. Cuando nuestro hijo por tanto está furioso y tiene una rabieta, debemos ser emocionalmente competentes y no caer en el guión de “tú eres mi enemigo”.

En otras palabras, ante una explosión de rabia de nuestro hijo e hija, en lugar de perder el control, tenemos que demostrar con hechos que las emociones fuertes son manejables y los adultos somos capaces de controlarlos.

Crear un “rincón” del enojo

Desarrollar en casa la Educación Emocional de los niños no solo implica saber manejar nuestras emociones ante ataques de impulsividad o enojo de nuestros peques, también requiere saber tomar algunas acciones positivas que promuevan respeto, firmeza incluso afecto.

Para ello, recomendamos establecer un lugar de la casa en la que podamos acompañarlos a mitigar sus enojos o sus rabietas. Es decir, un rincón donde la emoción se puede descargar hasta agotarla, con el propósito de que la calma vuelva a la casa y tanto padre/madre e hijo vuelvan a sentirse aliados.

El padre o la madre, que acompaña al pequeño, puede decir: “Ya que estás tan enojado, ahora te pongo en la esquina del enojo. Aquí puedes gritar tanto como quieras, luego cuando te hayas calmado puedes salir”. En el rincón de la ira, nuestro hijo e hija aprenderá a recuperar el autocontrol.

educación emocional en niños enfadados

Gestionar la tristeza

A los adultos no nos gusta ver a los niños tristes porque solemos considerar la tristeza como una especie de tabú. Por eso, cuando nuestros hijos experimentan este sentimiento, suelen encerrarse en sí mismos. Nuestro papel en estos casos es ayudarlos a expresar los motivos de sus tristezas y acompañarlos en su dolor.

Entonces, si vemos a nuestro hijo triste, en lugar de intentar animarlo, acostumbremos a que reconozca esta emoción y ayudemos a superarla. SI por ejemplo nuestro peque está triste porque ha perdido su juguete favorito, podemos ayudarlo diciéndole: “Más tarde vamos al parque a buscarlo y, si no lo encontramos, iremos a una tienda y elegiremos uno nuevo juntos”.

Saber desarrollar en casa la Educación Emocional de los niños también significa hacerles sentir que su tristeza es reconocida y comprendida, mientras le proponemos una solución para superar el problema. De esta manera se fortalecerá la relación padre/madre-hijo en términos de competencia emocional.

Manejar el miedo

El miedo es una emoción que tiene muchas formas de manifestarse. Algunos niños y niñas tienen miedo a la oscuridad, algunos a los perros, algunos a la tormenta, etc. Casi todos durante su infancia, tienen miedos, pero el acompañamiento de los adultos es de vital importancia en la educación emocional para ayudar a superarlos. Este incluso es uno de los entrenamientos emocionales más tempranos y efectivos.

Si nuestro peque tiene un miedo, que puede ser muy irracional, debemos hacer un esfuerzo para ponernos en el lugar del niño o la niña y comprender su terror. Si nuestra hija le tiene miedo a la tormenta, tenemos que aceptar esta emoción, pero también encontrar la forma de manejarla y por tanto controlarla.

La sorpresa y la felicidad

La sorpresa es la emoción que se apodera de nosotros cuando la vida nos pone frente a algo inesperado. Puede ser algo positivo, pero también hay un lado negativo. Sin embargo, los padres y madres podemos utilizar esta emoción de forma constructiva en nuestros hijos e hijas. Decirle a nuestro peque por ejemplo “si haces tus tareas bien, te daré una sorpresa”. Esta es una frase motivadora para ayudarlo a lograr una meta compartida.

Al niño no le interesará tanto el objeto sino la sorpresa en sí. La sorpresa es algo que uno no espera y por eso significa: “Pensé en ti, te amo, eres importante para mí”. Al momento de querer desarrollar en casa la Educación Emocional de los niños no podemos olvidarnos de las emociones positivas.

Por otro lado, la felicidad es una emoción que nos empuja hacia las experiencias más bellas de la vida. Pero también es una emoción que debe compartirse. Si mamá y papá comparten la felicidad del niño, el mundo es un hermoso lugar para vivir. Un pequeño que siente tanta felicidad se siente desorientado si se enfrenta a un adulto incapaz de captar y compartir esta emoción con él.

niña feliz

Conclusiones

Existen otras técnicas para desarrollar en casa la Educación Emocional de los niños, sin embargo, las estrategias descritas en este post tienen la validación de la neurociencia.

Creemos un rincón en casa donde podamos enviar a nuestro hijo enfadado, de esta manera aprenderá a drenar mejor su rabia y a gestionarla. Si está triste no le pidamos que esté alegre, pero acepta su emoción y ayúdalo a superarlo. Si le tiene miedo a algo acompañémoslo en su terror y bridémosle nuestro apoyo incondicional para ayudarlo a superar su miedo.

La clave de todo es que siempre seamos empáticos con nuestros hijos e hijas, así comprenderemos con más claridad la situación por la que esté atravesando y podremos convertirnos en excelentes entrenadores emocionales.

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