Psicología General Sanitaria Infantil y Juvenil.

¿Qué puedes hacer si tú Hijo adolescente no quiere ir al Psicólogo?

No es fácil convencer a un hijo o hija adolescente para que vaya a un psicólogo. En general, la elección de transitar por el camino de la psicoterapia es bastante delicada para cualquier persona. Para la mayoría de los adolescentes, sin embargo, existen dos razones principales que les impide tomar esta decisión: no toleran la idea de estar enfermos y no les gusta pedir ayuda.

Normalmente, los/las adolescentes sienten que pueden “validar” su autonomía discrepando lo que le aconsejan sus padres. Y si bien esto es lo más común, al hecho de rechazar la idea de ir a un psicólogo se le pueden sumar otros motivos más concretos. Suelen estar relacionados, incluso, con sus propias experiencias personales hasta el momento.

Podría ser, por ejemplo, la convicción de que los “locos” son los únicos que van al psicólogo. De manera que hacerle esta propuesta, ya sea porque son víctimas de acoso o tengan problemas de conducta, pueden asociarlo de que son personas extrañas.

Cuando un primogénito esta muy renuente, es común que los padres nos preguntemos ¿Qué podemos hacer si nuestro hijo adolescente no quiere ir al psicólogo? Os adelantemos que no es tarea fácil, pero tampoco imposible. En este post nos volcamos a compartir algunos consejos útiles.

¿Por qué algunos adolescentes se niegan a ir a psicoterapia?

No hay duda, cada adolescente es un mundo y las razones por la que no quieren ir al psicólogo pueden variar de un joven a otro. Pero, además de las que ya mencionamos, existen otros motivos que son bastante usuales. Serían:

  • Pueden sentirse débiles y defectuosos ante la perspectiva de obtener ayuda de un “extraño”.
  • Sienten la posibilidad de iniciar psicoterapia como un castigo ante sus comportamientos y llegar a pensar que sus padres los están castigando.
  • Muchos/as ven a estos profesionales de la salud como personas que juzgan el comportamiento para ganarse la vida y dan órdenes sobre cómo vivir.

Acudir al psicólogo en la adolescencia, en definitiva, es una decisión que implica aceptar que tienen un problema el cual está afectado la salud física, mental o emocional de ellos o ellas.

Consejos para conseguir que un adolescente vaya al psicólogo

La reacción de los padres ante un NO de su hijo adolescente, para abrir camino a la persuasión, tiene que estar inmersa en un delicado equilibrio. Es por ello que aconsejamos mantener la cordura y seguir los siguientes consejos:

  • El NO del adolescente debe ser respetado.
  • Es importante hacerle entender que su posición es muy valorada por nosotros/as.
  • Al mismo tiempo, su elección no debe ser aceptada completamente y tratar de iniciar un proceso de diálogo enmarcado en el afecto, la comprensión y el respeto.
  • No debemos concebir el rechazo de nuestros hijos a ir a psicoterapia, como categóricos e inmutables.
  • Si bien se puede percibir la dificultad de abrir un canal efectivo de diálogo, siempre hay que buscar de propiciarla manifestando que los entendemos (sin que se convierta en un hecho irreversible).

adolescente en el psicólogo

¿Cómo debe ser nuestra actitud?

El comportamiento de los padres ante la oposición de un hijo adolescente debe orientarse en una dirección que conduzca hacia la empatía y la importancia de cuidarse a ellos/as mismos/as.

He aquí algunas frases que pueden ser de mucha ayuda:

  • “Entendemos que es difícil dar este paso, pero estamos seguros de que puede ser de gran ayuda”.
  • “La perspectiva de ir a un psicólogo puede dar un poco de miedo, pero en realidad es una forma de mejorar como persona”.

Continúa negándose: ¿Qué hago?

Si el adolescente no cambia su elección, nos corresponde adoptar una posición más decisiva. Partiendo de este punto, podemos reflejar lo preocupados que estamos por él/ella. Podemos decirle, por ejemplo: “Entendemos que no es importante para ti, pero nosotros, como tus padres, te pedimos que hagas este esfuerzo, porque estamos preocupados”.

Esta actitud puede hacer que el chico o la chica se sienta suficientemente respetado/a, con respecto a su propia elección, pero también empoderado para tomar una acción por alguien que no sea él mismo. Aunque siempre hay que enfatizar en el amor propio.

En otras palabras, debemos enfatizar que la motivación subjetiva es fundamental en psicoterapia. Al fin y al cabo, ningún camino puede funcionar si no hay una percepción de importancia en quienes asisten a las sesiones de psicoterapia. Sin embargo, esta postura personal también puede desarrollarse a medida que asista a la sesiones.

Una psicoterapia para padres puede ayudar

Un elemento de motivación adicional puede ser la elección de los padres de realizar una psicoterapia. Esta decisión puede ser vista por el hijo adolescente de dos formas:

  • Mostrar que mamá y papá tienen fe en esta solución y, que además saben que “no todo es culpa de él/ella (hijo o hija)”.
  • Demuestran al joven que mamá y papá también están tratando de cuestionarse a sí mismos.

En definitiva, una elección de este tipo es a la vez demostrativa y eficaz. Pero también es una forma de identificar y solucionar los problemas relacionales que les afectan en la gestión familiar. Y es que uno de los objetivos de la psicoterapia, en estos casos, es precisamente una toma de responsabilidad global y simultánea de padres e hijos/as.

psicologo para padres

Conclusiones

Muchas veces es difícil dar el primer paso para proponer una visita al psicólogo a nuestro hijo o hija adolescente, una vez que detectamos que sus debilidades demandan atención profesional.

Es normal que lleguemos a sentir que debemos presionar por la necesidad de protegerlos, sin embargo, hacerlo podría ser experimentado por el adolescente como un acto humillante, frustrante o como algo malo. En estas situaciones, suele haber algo que atañe tanto a la sensibilidad del adolescente como a la sensibilidad de los padres.

Cuando un joven está muy renuente, un contacto previo de los padres con el psicólogo puede ser de gran ayuda para permitir que los propios progenitores imaginen una forma de proponer una entrevista al adolescente. Que, por supuesto, no lo destruya, sino que le permita descubrir que es una posibilidad de crecimiento para él o ella.

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