ESCUELA DE PADRES

Charlas a escuelas

La educación de nuestros hijos es una preocupación constante que tenemos como padres. Por ello es importante considerar el «tándem» Escuela – Familia como equipo imprescindible para garantizar la educación integral de nuestros hijos.

Nos acercamos a las escuelas para ofrecer charlas y espacios de reflexión con el objetivo de proporcionar información, dar herramientas y acompañar a las familias en la tarea educativa.

Compartir experiencias, inquietudes y proponer temas de interés sobre cómo educar nos enriquece personalmente y ayuda a fomentar una relación e interacción saludable con nuestros hijos.

1. EDUCAR Y ACOMPAÑAR NUESTROS HIJOS EN LAS EMOCIONES

Nuestros hijos se comunican con nosotros a través de sus emociones que a menudo se traducen en conductas, modos de expresarse.

A través de la expresión emocional se observan los intentos de cada persona para establecer, mantener, cambiar o finalizar una relación con el entorno. Las emociones sirven preferentemente para regular las relaciones entre personas y tener un buen manejo de las emociones nos hace más competentes para afrontar los obstáculos de nuestra vida cotidiana.

Las reacciones emocionales que tenemos los padres les hacen avanzar en la comprensión de las normas y de la valoración que merece su comportamiento. Y esta valoración es la que generará toda una gama de sentimientos: orgullo, vergüenza, envidia, culpa, rabia, tristeza …

Conocer el lenguaje de las emociones es una herramienta imprescindible que hay que tener presente en nuestra labor de padres.

2. EL MOMENTO DE LOS DEBERES. COMO AYUDARLES

A menudo el momento de los deberes y / o todo lo referente a las tareas académicas acaba generando una dinámica negativa dentro del ámbito familiar.

Los deberes deben entenderse como un compromiso que tu hijo debe adquirir, pero sin precisar de tu apoyo y orientación constante. Es decir, no debemos sentarnos a su lado.

Hacer los deberes con ellos genera dependencia y si además nuestro hijo/a tiene dificultades refuerza la idea de que no es capaz de hacerlo solo.

La relación padres-hijos y con ello la comunicación se ha escolarizado. Nos encontramos ante una generación de padres con más estudios que generaciones pasadas y, por tanto, indirectamente, se ha creado la obligación de tener que participar de este momento. La escuela, los deberes, las notas terminan siendo el principal núcleo de comunicación.

La relación con nuestros hijos/as va más allá de todo lo que tiene que ver con la escuela y los deberes. Está claro que somos los padres y en tanto los debemos acompañar, pero implicarse en hacer los deberes no puede significar «hacer» los deberes de sus hijos. Debe asumir el papel de entrenadores para organizar y asesorar con el objetivo de mejorar su rendimiento.

Por ello es necesario dotarse de las herramientas necesarias que le permita afrontar este momento con total tranquilidad y serenidad.

3. COMO TRANSMITIR NORMAS Y LÍMITES SIN GRITAR

Normalmente la mayoría de las personas sentimos cierta resistencia hacia las normas que nos imponen, es decir aquellas que se deciden sin tener en cuenta nuestra opinión.

Cuando participamos activamente en una decisión o en una norma nos sentimos más motivados a cumplirla. Así pues, los adultos debemos guiar este proceso y tratar de llegar a acuerdos justos para nosotros y para los niños / as. Y eso NO ES LO MISMO que dejar al niño/a imponer su voluntad, pero las normas se pueden discutir y consensuar.

No poner límites para no entrar en conflicto al final se paga caro.

Cuando hablamos de poner límites a los hijos, establecer normas, podemos decir que hay muchos aspectos que a menudo se mezclan. ¿Es necesario ponerlos? ¿Puede haber una crianza sin ellos? ¿Qué consecuencias hay detrás de todo esto?

No debemos olvidar, que al nacer lo hacemos dentro de una sociedad que implícitamente se rige por determinadas normativas, creencias y valores y estos se transmite de muchas maneras.

El día a día de la educación de un hijo pasan por muchos momentos, algunos muy buenos y otros que te sacan de «quicio» pero todos son necesarios para aprender y crecer.

Los extremos no son buenos. Convivir con un ambiente de excesivas normas y límites deja poco margen para el desarrollo de su autonomía y libertad personal y al contrario crecer en un ambiente donde pueden hacer todo lo que quieran sin consecuencias de sus actos, sin saber qué está bien y qué no también tiene afectos poco deseables

Saber cómo transmitir las normas y los límites de manera clara y sin llamar requiere, también, de un autocontrol por parte de nosotros mismos, ya que aparte de padres somos personas, un buen asesoramiento en esto, nos puede ayudar a mejorar la interacción con nuestros hijos y a transmitir de una manera más tranquila y sana los límites.

4. APRENDEMOS A TOLERAR LA FRUSTRACIÓN EN NOSOTROS MISMOS Y EN NUESTROS HIJOS

Sé tolerante contigo mismo y con tus hijos. Ser padre puede estar cargado de frustraciones. La mayoría de las veces, los hijos nos interfieren en nuestros planes ¿quiere Decir eso que los padres debemos sentirnos enfadados, resentidos o deprimidos, ante estas constantes frustraciones?

Aunque podamos escoger alterarnos con nosotros mismos cuando nos sentimos frustrados, también tenemos otras alternativas. La frustración es más un evento que un sentimiento. Una frustración es cualquier obstáculo que se sitúa entre tú y tu meta. Y, por lo tanto, es como ves este obstáculo lo que determinará tus sentimientos en la consecución de tus objetivos. Así pues, es posible, que como padres nos sintamos rabiosos más que desilusionados cuando nos confrontamos con la frustración.

Todos los seres humanos experimentan alguna frustración cada día, es natural que los obstáculos interfieran nuestros planes y objetivos. Como hemos dicho antes, no es la presencia de la frustración lo que nos trastorna, sino nuestra actitud hacia ella. Las personas que tienen BTF (Baja Tolerancia a la Frustración), consideran cualquier impedimento u obstáculo en su camino, como espantoso y horrible, y por ello a menudo se perturban. Estas personas están tan ocupadas intentando que las cosas sigan su camino, que se trastornan hasta el punto de ser incapaces de enfrentarse con la situación actual.

La BTF está relacionado con el catastrofisme y las exigencias. Cuando uno está frustrado lo que más desea es que no haya esta frustración, y cuanto más se queje y lamente, menos conseguirá su objetivo, se volverá menos tolerante a las frustraciones y se sentirá más angustiado.

Así pues, nuestros hijos a menudo tienen grandes problemas para aprender a combatir las frustraciones, pues, aunque existan diferencias temperamentales, ellos no han nacido con la habilidad para tolerar la incomodidad y por lo tanto es un aprendizaje. Como padres puede ser bastante útil ayudar a nuestros hijos a aprender aumentar su tolerancia ante las frustraciones y malestar, por ello y para poder ayudar a tolerar la frustración en nuestros hijos, primero tenemos que aprender a tolerar nuestras propias frustraciones. Es importante observarnos para gestionarrnos nosotros mismos.

5. MEJORAMOS LA COMUNICACIÓN CON NUESTROS HIJOS

Adquirir unas buenas habilidades comunicativas es fundamental para mejorar nuestra calidad de vida, expresar nuestras emociones, pensamientos y / o solucionar los problemas.

La comunicación de los hijos es en parte el reflejo de quien son los padres, por eso los padres somos los responsables de definir el estilo comunicativo a la familia siendo el principal modelo a seguir para nuestros hijos.

Hay que ser coherentes con nuestra forma de comunicarnos y lo que exigís a vuestros hijos. Si un padre grita continuamente y tiene una comunicación agresiva sólo podemos esperar dos reacciones de nuestros hijos: que se comuniquen de la misma manera y / o que se inhiban, es decir, que adopten una comunicación pasiva.

Cuando la persona no cuenta con habilidades para comunicarse, se puede sentir frustrada, aislada y con pocas posibilidades de recibir ayuda o integrarse a un grupo.

Es importante, pues, entender la comunicación asertiva, como una herramienta que permite el conocimiento entre las personas y mejora la relación entre padres e hijos.

6. ENSEÑANDO A NUESTROS HIJOS A LLEVAR SUS VIDAS. EL PODER DELPENSAMENT RACIONAL

Cada uno de nosotros ilumina su propia vida y crea su propia medida de felicidad. Los niños y los adultos pueden aprender a iluminar sus vidas así:

  • Responsabilizarse de que nosotros somos los que creamos nuestros propios sentimientos.
  • Escogiendo crear sentimientos apropiados, en lugar de inapropiados
  • Teniendo muchas fuentes de satisfacción en un momento dado, por lo que si una no va bien, tenemos otros para escoger.

Cada uno de nosotros tiene el poder de iluminar sus vidas, generando nuestra propia felicidad y satisfacción. Por lo tanto, no debemos depender de los demás para tener sentimientos de satisfacción y bienestar. Aunque las interacciones con los demás pueden ser agradables, no son necesarias para la felicidad, ya que dentro de cada uno de nosotros está la única corriente necesaria para iluminar nuestras vidas y mantener la luz encendida.

Las emociones cálidas y felices que seguramente has experimentado al imaginar gente que ilumina tu vida, no vinieron de esta gente, sino que tú creaste estos sentimientos positivos, al igual que creas pensamientos negativos cuando evalúas situaciones y personas de manera negativa. Por lo tanto, tú tienes el poder de iluminar tu propia vida y de enseñar a tus hijos a iluminar su siendo responsable de tus propios sentimientos y escogiendo ver las situaciones ya la gente más racionalmente.

Así pues, antes de poder enseñar a tus hijos cómo crear su propia felicidad de forma que puedan iluminar sus propias vidas es mejor que aprendas a hacerlo tú mismo con el fin de aprender a pensar de una manera más productiva y funcional.

7. LOS MIEDOS QUE NOS INTERFIEREN COMO PADRES

Como padres tenemos nuestros propios temores y ansiedades por la manera de evaluar la realidad. Podemos escoger sentir menos miedo y trabajar para cambiar las creencias sobre el mundo.

Ante el pensamiento «estaría destrozado si no lograra ser un padre perfecto», es importante recordar que no hay padres perfectos. Aunque no es deseable cometer errores, es una parte inevitable de ser padre y ser humano.

En lugar de pensar «Mis hijos deben estar siempre seguros», recuerda que todos los niños experimentan alguna vez peligros y situaciones desagradables y que son importantes para su crecimiento y desarrollo, así aprenden a afrontarlos ya aceptarlos.

En lugar de pensar «Si algo es peligroso, me preocuparé constantemente»/, recuerda que nadie puede prevenirse de algo preocupándose. Haz lo que puedas para afrontar el peligro, y después olvídate de él.

En vez de decir «Sería terrible perder el amor y la aprobación de mis hijos y de las otras personas», acepta la realidad que nadie consigue ser amado y aprobado en todo momento, y que no hay nada terrible en ello.

Más que creer «Tengo que preocuparse de mis hijos si quiero ser un buen padre», piensa que serás mejor padre si te preocupas por ellos, pero sin tener miedo.

Trabajando para combatir tus propios miedos creas un ambiente emocionalmente positivo para ti mismo, consigues potenciar al máximo tus expectativas de ser «el mejor padre» que puedas ser y estás aumentando también la certeza de que tus hijos puedan combatir con eficacia tus propios errores.