Ejemplos de Castigos Positivos y Castigos Negativos | Montse Busquets

Alguna vez en nuestra infancia fuimos castigados por nuestros padres, ya sea porque en algún momento ejercimos un mal comportamiento en casa o no tuvimos un buen rendimiento en la escuela. Pasan los años, crecemos, llegamos a la adultez, tenemos hijos y seguimos utilizando los mismos actos punitivos como métodos de aprendizaje. Sin embargo, no sabemos qué tipos de castigos aplicamos  en nuestros/as peques, si son positivos o  negativos. Por tanto, compartir algunos ejemplos de Castigos Positivos y Castigos Negativos podría ayudarnos a comprender cómo funcionan, cuáles son sus consecuencias, etc.

Si bien estos dos tipos castigos tienen características diferentes, comparten una cosa en común: reducen las posibilidades de que una conducta no deseada se repita en un futuro. O sea, ambos disminuyen o extinguen un comportamiento inadecuado.

Por un lado, los castigos positivos buscan que la conducta desencadene consecuencias desagradables para evitar su repetición, por el otro, los castigos negativos eliminan los estímulos agradables con el mismo propósito. A priori, puede que suene algo confuso ¿Verdad? Pues en este artículo haremos que sea más fácil de entender porque nos volcaremos a compartir varios ejemplos de Castigos Positivos y Castigos Negativos.  ¡Presta atención!

Ejemplos de castigos positivos y castigos para evitar la repetición de un comportamiento inadecuado

Tanto los castigos positivos como los negativos son utilizados para reducir las rabietas en nuestros peques, así como actos de rebeldía, gritos, groserías… Además, se suelen utilizar mucho en casa sin tener conocimientos de ellos, pero se aplican  profesionalmente en el campo de la educación, sobre todo en el ámbito de la educación especial: niños y adultos con discapacidad intelectual, trastornos de neurodesarrollo, etcétera.

Por supuesto, nuestros ejemplos de Castigos Positivos y Castigos Negativos están basados en métodos que solemos aplicar en casa.

Castigos positivos

Los castigos positivos pueden definirse como la inclusión de algún elemento o estímulo desagradable para reducir el comportamiento indeseado. ¿Os suena familiar? Veamos  algunas situaciones que seguramente os traerán recuerdos:

• Para que un niño o una niña deje de comerse las uñas, sus padres vierten sus dedos con un producto que se caracteriza por tener un sabor amargo. En este caso indudablemente el estímulo desagradable es el producto que actuará como agente punitivo para impedir que vuelva a repetir la acción.
• Un niño no quiere guardar sus juguetes después de jugar. Para eliminar esta conducta, los padres colocan los juguetes encima de la cama a la hora de dormir. Por supuesto, no resulta grato para ningún niño/a que al momento de ir al descanso tenga la cama invadida de juguetes porque genera incomodidad.
• Una pequeña suele decir mentiras. El castigo empleado por los padres es dejar en evidencia sus mentiras para que no vuelva a hacerlo. Ojo, este método puede ser humillante, especialmente si se hace frente a otras personas. Por tanto, es mejor acudir a otros métodos.

Es importante destacar que no todos los ejemplos de Castigos Positivos y Castigos Negativos generan buenos resultados. De hecho, es posible que solo se logre eliminar la conducta no deseada, pero a corto plazo.

Castigos negativos

Los castigos negativos se caracterizan por la eliminación de estímulos agradables para reducir o extinguir un comportamiento en particular. Es decir, no habrá golosinas, elogios o palabras de motivación a cambio de que dejemos de ejercer cierta conducta, al contrario, se castigará con la privación de alguna actividad. Aquí algunos ejemplos:

• Un niño no hace sus tareas por estar jugando todo el día junto a sus amigos. La decisión de sus padres es prohibirle reunirse con sus amistades hasta que no cumpla con sus deberes escolares.
• Un grupo de niñas y niños se encuentran viendo una película animada. Sin embargo, un adulto les advierte que si empiezan a pelearse durante la proyección, quitará la cinta.
• Si un niño no come los alimentos en suficientes cantidades, el castigo negativo más común para “motivarlo” a comer es decirle que no va a comer

Se aconseja que antes de aplicar este tipo de castigos, lo mejor es hacerle una advertencia al niño o la niña acerca de las consecuencias que deberá enfrentar si continúa realizando esa conducta indeseable. No hay duda, los ejemplos de Castigos Positivos y Castigos Negativos nos permiten descubrir cuáles pueden ser efectivos  y cuáles no. Aun así, lo aconsejable es apelar a otros métodos como el refuerzo positivo antes de recurrir al castigo.

Conclusiones

Al final, la  diferencia entre estas dos clases de castigos es que en el castigo positivo se agrega un estímulo negativo para reducir la frecuencia de un comportamiento. En cambio, en el castigo negativo se elimina el estímulo positivo. De cualquier modo, añadir estímulos negativos o extinguir los estímulos positivos, pueden desencadenar un patrón de comportamiento inadecuado.

Por tanto, hay que tener mucho cuidado al momento de recurrir a estos actos punitivos. En entornos hogareños, se recomienda  aplicar estos procedimientos como último recurso y no con tanta frecuencia.

No nos sorprendería que la aplicación de estos ejemplos de Castigos Positivos y Castigos Negativos que compartimos en este artículo, no suelan arrojar buenos resultados a largo plazo. Sobre todo porque privan a los niños de enmendar sus errores y se eliminan las posibilidades de brindarle una segunda oportunidad para tomar acciones correctivas. Es necesario enseñarles a nuestros peques que nadie es perfecto, pero que podemos ser mejores personas cada día.